domingo, 8 de diciembre de 2013

La Vuelta puso a Robert Kiserlovski en su sitio


Desde aquel Giro 2010 en el que saltó a la fama todo habían siso sinsabores. En 2011 en la Paris-Niza acabó debajo de un camión  tras una dura caída. En el Giro estuvo supeditado a Kreuziger y en la Vuelta empezó bien para desinflarse y terminar en un mediocre 18º puesto. En el Tour 2012 sefracturó la clavícula en la famosa etapa de las tachuelas y se vio forzado abandonar.

Y llegamos a 2013. Kiserlovski cambia el Astana por el Radioshack, que le promete la jefatura de filas en la ronda italiana. Reverdecer viejos laureles y quien sabe si añadir nuevos. Pero no hay manera. A pesar de los muchos abandonos de favoritos por las inclemencias meteorológicas, sólo puede concluir 15º. Resignado a un papel secundaio, acude a la Vuelta para apoyar a Chris Horner.

La Vuelta de la confianza

Entre las dos GVs había logrado lamerse las heridas ganando el jersey  de Campeón de Croacia en Ruta. Y a fe que le dio lustre. Tan inesperada como la victoria de Chris Horner sobre Vincenzo Nibali en tierras españolas fue la soberbia actuación de Robert en funciones de lugarteniente. En las etapas gallegas había buscado la victoria individual, pero tan pronto se confirmaron las opciones del americano tras Hazasllanas, Kiserlovski se consagró en cuerpo y alma a su servicio.

Su labor lució especialmente en los Pirineos, tirando del grupo de favoritos en la etapa reina para que el lejano ataque de Roche no disparara su ventaja o poniendo banderillas de fuego para que posteriormente Horner rematase en las ascensiones a Canolich y Formigal. Con todo y con eso, su puesto final fue 17º, curiosamente no muy distinto a los que solía hacer sin tener que trabajar para los demás...

Reclamado por Trek para el Tour

Fruto de este buen hacer, continuará en 2014 en el nuevo equipo Trek. Ignoro el calendario que hará antes y después pero es seguro que estará en la ronda gala conformando el núcleo duro de la formación junto a los hermanos Schleck y Fabian Cancellara.

Se antoja la última oportunidad de los luxemburgueses para demostrar que siguen siendo alguien en la superélite mundial y quieren estar rodeados del plantel más fuerte posible.

Vía Rubiera o vía Porte

Ahora el campeón nacional croata ha de decidir si se acomoda definitivamente a su condición de cotizado lugarteniente y sacrifica sus mejores años en pro de otros ciclistas más fuertes a cambio de un gran salario y de una longevidad deportiva mayor o si simplemente se toma la próxima temporada como un impasse para seguir aprendiendo con menos presión, esperando que el tiempo vuelva a darle otra oportunidad de jugar sus propias opciones en una Grande.

Por lo pronto, ya ha encontrado un lugar en el gran pelotón internacional en el que quedarse o desde el que partir en busca de nuevos horizontes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario